Domingo XXVII T. O. “A” Oct. 5,2014
1ª Lectura. (Is.5, 1,1-7). La viña que no desilusiona. Plantada en las colinas del mundo, la iglesia es la viña del Señor. Todos los días viene el viñador en el rostro de las personas que buscan aliento para vivir. ¿Qué encontrarán? ¿Qué cosa dará nuestra uva, – vida cristiana -, al torbellino de la vida moderna: un vino que da vida y alegra, o vinagre? La única cepa que no defrauda, la vid verdadera, es Jesús Cristo, que fue exprimido en la cruz para que florezca la alegría y la vida entre los hombres. Él es quien ha rendido abundantes frutos para el Dueño, él es la Vid verdadera. Israel no lo fue, ¿lo seremos nosotros? Solo unidos a él, la Vid verdadera, daremos fruto.
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