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No obstante el título, el presente sería una continuación, al estilo de una variación musical, de mi anterior entrega Empleo y Austeridad.

La controvertida reforma hacendaria se ha justificado como el medio para implementar el seguro de desempleo, la cobertura universal de salud y otras cosa más, relativas y propias del estado del bienestar, (fallido, por cierto).  Y es que los sistemas de protección social no deben contemplarse exclusivamente desde la perspectiva del gasto. Así, por ejemplo, los países nórdicos han logrado convertir las voluminosas partidas de su gasto social en motor de actividad que refuerza su economía. Dichos países no están financiando la pobreza, han logrado en gran medida abatirla. Resulta inviable una política que vea solo el modo de financiar la pobreza  y no genere al mismo tiempo los recursos para ello promoviendo, alentado y facilitando el empleo. De lo contario, estaríamos ante una utopía. Cero, o casi cero, de corrupción, aunada a una eficiente administración de la cosa pública, tal es el secreto de esos países que son siempre un referente en la materia. Una política con ese grado de credibilidad anima a pagar impuestos antes que a regatearlos. Incluso en situación de crisis es, no solo posible priorizar, sino que ha de hacerse con mayor urgencia. Y en un contexto de empobrecimiento de los diversos niveles sociales, – desde los adultos mayores, los desempleados hasta los jóvenes que no pueden costearse una carrera universitaria, los campesinos e indígenas -, los inevitables ajustes de la política social han de tener en cuenta el coste social y el sufrimiento que provocan.

 

Pero el diseño de una política económica y social como la anterior supone una situación de normalidad, hasta donde la normalidad es posible entre los humanos; me refiero a ordenar, antes, la casa, a racionalizar el gasto, pues. Cuando la mayoría de los mexicanos están viviendo a nivel de sobrevivencia, cuando la pobreza y todos sus derivados son el resultado de la corrupción manifiesta o de una pésima administración de la cosa pública, y no de la escasez de recursos, estamos hablando de otra cosa muy, pero muy diferente. Tal es nuestro caso. México es un país donde existe un muy alto nivel de pobreza, comparado a los niveles más deprimidos del planeta. Pero es, al mismo tiempo, un país con un monto presupuestal enorme.   Puede ver el presupuesto para el 2014 y preguntarse cuántos países en el mundo lo tienen.

 

“Adictos al Apocalipsis”, ha titulado P. Krugman  su último artículo para referirse al miedo injustificado de que EE.UU se declare en quiebra y deje de pagar su deuda; habla de los profetas de desastres y del fracaso de sus predicciones. “Hubo un tiempo en que si uno andaba por ahí gritando “el fin está cerca” le tildaban de chiflado, alguien a quien no se podía tomar en serio. Hoy día, sin embargo, todas las personas de bien van por ahí advirtiendo del desastre que se avecina. De hecho, uno tiene prácticamente que sumarse a las fantasías del apocalipsis fiscal para que lo consideren respetable.

 

Y quiero decir fantasías. Washington se ha pasado más de tres años aterrorizado por una crisis de la deuda que sigue sin producirse y que, en realidad, no puede ocurrir en un país como Estados Unidos, que tiene su propia moneda y adquiere sus préstamos en esa moneda. Pero los pájaros de mal agüero no dan su brazo a torcer”. (El país. 27.1013).

Resulta claro que no es lo mismo hablar de crisis financiera de Alemania o de Japón o de EE.UU., que hablar de crisis de cualquiera de los países llamados emergentes, México incluido. Entre nosotros sí se trata de verdaderos apocalipsis. El panorama de Krugman contempla una realidad que no es la nuestra.  Nosotros, antes que ser adictos, estamos habituados al apocalipsis, desde finales de los 60s hasta nuestros días. En los últimos 30 años, escribe A. Navalón en El País, los niveles de pobreza no han disminuido, han aumentado. Somos un estado, desde este punto de vista social, totalmente fallido.  Y, como en el Apocalipsis verdadero, el de Juan, el escrito en Patmos, cabe la pregunta inquietante: «¿Hasta cuándo, Señor?». (6,10).

 

Racionalizar, priorizar, administrar, reducir lo más posible la corrupción, optimizar el uso y destino de los  recursos, sería la tarea previa; y no se ha realizado. En medio del dispendio generalizado no es aconsejable, no es razonable subir impuestos que pueden, incluso, desalentar el empleo. Riva Palacio dice que el Presidente no tiene gabinete, alguien me ha dicho que la reforma hacendaria revela ignorancia. Ha de tenerse cuidado de  no ir a financiar la corrupción. O la flojera. Mire usted; la dueña de una finca cafetalera en Oaxaca me relataba cómo, a raíz de la afluencia voluminosa de ayudas luego de la devastación provocada por uno de los huracanes que suelen hacerlo periódicamente en la zona, los habitantes ya no querían trabajar en la finca, se batalla mucho, me dijo, para conseguir trabajadores pues las ayudas les solucionan el problema inmediato. Hay que tener cuidado con la psicología del mexicano. Recordemos nosotros cómo, cuando teníamos pleno empleo, se daba una rotación laboral que perjudicaba seriamente la política laboral de las empresas.

 

Los gobiernos que quieren revertir situaciones adversas están actuando en sentido contrario. Esta semana, por ejemplo, (conocemos la situación delicada de la economía española y los esfuerzos por la superación), el presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, cerró la entidad pública de radio y televisión valenciana, con carácter de innegociable.

 

“El cierre de RTVV es innegociable”. El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, ha cerrado con estas palabras la puerta a una alternativa a la clausura de Ràdio Televisió Valenciana (RTVV), anunciada este martes tras hacerse pública la sentencia que anula el expediente de regulación de empleo (ERE) ejecutado el año pasado en la empresa pública y que obliga a readmitir a un millar de trabajadores. En el anuncio de cierre, el presidente afirmó: “No tenemos 40 millones de euros para la readmisión de un millar de trabajadores”. Luego agregó: “Cuando hablamos con el Gobierno pedimos financiación para servicios básicos”. “Nuestro compromiso es que el nuevo modelo de financiación pueda cubrir necesidades básicas, pero para esas necesidades, no para extras”. “No cerraré un colegio u hospital por una televisión inasumible”, concluyó el presidente valenciano. Queda el resquemor de los desempleados pero el gobierno no podía financiar al infinito una entidad en bancarrota. Otros gobiernos autonómicos (estatales) están por hacer lo mismo con las televisoras públicas. Racionalizar, priorizar. Nosotros estamos muy lejos de esa política social. Aquí tenemos esa cantidad y más para financiar la CENTE y el IFE y anexas, pluris y demás cosas.

 

La simple lectura de determinadas cifras produce mareo y calosfríos. Gastarán diputados 500 mdp en dos meses, a fortiori, pues de lo contrario el monto regresaría a Hacienda. Envejece plantilla de Pemex. Pasivo laboral suma ya billón 328 mil mdp. Pierde Pemex 92 mil mdp en 9 meses. El País publica este miércoles que AMLO aconseja a Exxon Mobil que no invierta en México. Tira el Ejército 212 mdp en detectores patito. Oculta el IFE despilfarro, es la primera nota. En la siguiente, se dan datos: presupuestos del 2013: 7.277 mdp; locales 6,633.4 mmdp. TEPJF. 2,152.4 mmdp. Locales: 904,682.8 mmdp. (Conforme a los presupuestos aprobados para el 2013). Adeudan municipios 2 mil mdp de luz. No sé,  siquiera, si he leído correctamente las cifras. A lo mejor donde digo millones, se trata de miles.  Así las cosas, Armando, (saludos), no resulta raro que ya se hable del “mexican moment” como un espejismo que fue. Primero estancamiento, luego, contracción y, finalmente, pérdidas. Todo quedó en un eslogan eufórico. Ahora, según los especialistas, todo apunta, si no a una recesión, si a algo que se le parece mucho según datos del Banco de México y el FMI.

 

La nota del Diario de estos días sobre la JMAS es, igualmente, reveladora: Adeudan a la JMAS ¡2,400.00 millones!  Esto creo que no tiene paralelo en ninguna parte del mundo. Esto ya no es problema de los deudores. Cuando uno lee este tipo de notas se acaba por creer que no son ciertas. Creo que la CFE o Telmex, o Gas Natural, podrían muy bien asesorar a la Junta de Aguas sobre un sistema eficiente de cobro. De esta manera, como en otros rubros, no caería todo el peso sobre los cautivos. Y el agua es vital.  Podremos vivir sin electricidad, sin gas, sin teléfono, pero sin agua no aguantamos tres días sin que sobrevenga la muerte.

 

Por si fuera poco, la recién inaugurada súper carretera, Durango-Mazatlán, se ha convertido en el más hermoso espectáculo de cascadas. Los genios de la ingeniería nunca les pasó por la chompeta que en esas alturas de la Sierra Madre lloviera torrencialmente ante la aparición, o sin ella -,  de alguna depresión o tormenta tropical, ya no digamos un ciclón, en las costas del Pacífico sinaloense. Eso sí, el espectáculo de las cascadas es soberbio. Espectáculo que vamos a disfrutar todos los años, con el favor de Dios. (ver foto. Diario. 03.11.13). Me gustaría que el señor Krugman y otros especialistas en la materia, compañeros suyos, escribieran algo sobre el futuro económico de México con los datos aquí señalados y otros que resultaran de investigaciones más profundas. Los datos que aquí he aportado aparecen todos ellos en El Diario de Juárez. O sea, que si algún joven estudioso intenta hacer una tesis doctoral sobre la administración de la economía pública fallida, con lo dicho tendría suficiente para un buen punto de arranque. Y así las cosas, ¿debemos subir los impuestos?

 

Frente a esto existe un contraste doloroso, inadvertido, silencioso, heroico. Me refiero a nuestros “paisanos”, a esos hermanos nuestros que residen y trabajan en EEUU y no pocas veces en condiciones inhumanas, con el riesgo de la propia vida. Las remesas de estos hermanos nuestros, por ejemplo, ayudaron a solventar la economía durante el sexenio de Fox.  Ahora pasan por una crisis, después de todo, todos estamos en crisis, y aun así, según el reporte del Banco de México, de julio a septiembre, Chihuahua recibió un total de 117. 7 mdd. La cantidad que recibió Chihuahua en el primer trimestre del año equivale al 2.1% del total nacional, que fue de cinco mil 544.4 mdd. A esto hay que descontar, a lo que creo, la cuota con la que se quedan las instituciones encargadas de transferir ese monto. Y todavía cuando nos visitan, hay que molestarlos, trámite la burocracia aduanal, de todas las maneras posibles. Estos hermanos nuestros me recuerdan la suerte trágica de los salmones: contra corriente, saltando todos los obstáculos y enfrentando todos los peligros, hasta desovar y morir después.

 

¡Pues mire usted! Al enviar mi entrega, me entero que Mr. Krugman ha estado en México recientemente; y dijo algunas lindezas. “Seguimos esperando ese despegue magnífico que hemos esperado 20 años” “Lo que se dice ahora, ya se dijo en 1993”. “Digo que no estamos en 1910 y México debe abrirse y hay mucha experiencia que podría llegar, pero es solo un sector. Incluso, México es un sector. Y las economías son complicadas. Uno no puede esperar mucho de una sola cosa”. ¿Qué se podrías hacer a corto plazo? “Creo que nada. En corto plazo nada. En última instancia estamos hablando de cosas que creemos, como la educación e infraestructura, que tienen un período muy largo de gestación…” (Diario 0811.13).  Según el señor Krugman, necesitamos unos 20 más para un “mexican moment”. Mr. Krugman conoce poco de México, su historia, sus políticos y de los mexicanos en general. O se hace.