Mi alma tiene sed de ti,
de tu presencia, Señor,
pues de tus manos salí….
todo lo creado me habla de ti,
por eso me es dura tu ausencia
y añoro fijar mis ojos en ti.
Tú me creaste y me elegiste:
adéntrame en tu amor,
y no seré feliz
hasta verme abrazada por ti.
¡Oh mi Dios, Creador y Padre,
gracias! Antes de la creación
ya pensabas en mí. Amén.
(Clarisas de Zafra.)