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La misericordia

es el nombre de Dios.

(B.XVI).

 

No es una casualidad que el Año de la Misericordia coincida con la lectura del evangelio de Lucas, – ciclo C – un evangelio dominado por el tema de la misericordia de una manera especial.

 

Cada evangelio tiene su riqueza propia. El evangelio de Lucas es el evangelio de la misericordia, todos conocemos las hermosas parábolas que hacen brillar de manera esplendorosa la misericordia del Padre.

 

Creo, por lo tanto, que es oportuno acercarnos al Lc. desde este óptica. Y deseo compartir este intento con mis hermanos; después de todo, todos vivimos de la misericordia, sin ella no podríamos vivir. Frase afortunada la del Papa B.XVI; completa, reza así: ‘La misericordia es el núcleo central del mensaje evangélico, es el nombre mismo de Dios’.

 

El Dios de nuestra fe, el Dios de la revelación judeo-cristiana, el Dios de nuestro Señor Jesucristo, es el Dios, «rico en misericordia», es el «Padre Misericordioso y Dios de todo consuelo». Solo así resulta inteligible la historia del hombre, la encarnación del Hijo Divino, el misterio de la cruz, la donación del Espíritu Santo, el curso histórico de las naciones. El hombre es miseria, pero Dios es misericordioso, y llama al hombre a la exaltación inefable de la filiación divina: le llama a ser misericordioso, como él lo es. Ésta es, sin duda, la esencia del cristianismo.

 

Veamos un breve ejemplo del uso de esta palabra en la lengua hebrea, que nos disponga a comprenderla mejor, en su plenitud en el N.T

 

 

I

 

Esta frase afortunada del papa B.XVI, expresa magníficamente la naturaleza de este término como resumen de su significado en la Escritura. A mi juicio, en los salmos, oración del pueblo de Dios, nos resulta fácil descubrir la riqueza y la frecuencia con que aparece, el término «misericordia». Bástenos leer detenidamente el Sal. 103, el “Te Deum” del AT. O el Sal. 100, que termina:

 

«El Señor es bueno,

Su misericordia es eterna,

Su fidelidad por todas las edades».

 

‘Bondad y fidelidad’ vendrían a ser los componentes de un término, (misericordia), que se enriquece unido a otros.

 

  1. Cantaré eternamente las misericordias del Señor,

Anunciaré tu fidelidad por todas las edades.

  1. Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,

Más que el cielo has afianzado tu fidelidad»

 

  1. Justicia y derecho sostienen tu trona

Misericordia y Fidelidad te preceden

 

El poder y la fidelidad te rodean …..

  1. Mi fidelidad y mi misericordia lo acompañan.

 

Estos versitos pertenecen al salmo 89; leemos este salmo el miércoles de la III Semana en el oficio de lectura. Me llama la atención que la palabra misericordia aparezca siempre unida a otras palabras que refuerzan y amplían su significado. Así lo podemos ver en estos versitos donde la palabra misericordia aparece unida a la palabra fidelidad. Parecieran intercambiables.

 

El término hebreo hesed fue traducido por los LXX como éleos y en la vulgata se traduce como misericordia, pero la traducción no hace muy felices a los biblistas. Los estudiosos están de acuerdo en el hecho de que la actitud, sea humana o divina, indicada por hesed, es fundamental en la religión y en la moral hebreas. En esta voz alcanzamos a descubrir una sumaria descripción del uso del término.

 

El significado de hesed se ve más claramente estudiando la palabra con las que se asocia. No se debe buscar una perfecta coherencia, porque encontramos ahí un desarrollo en el uso del término a través de los siglos. El lenguaje es una realidad viva, que nace, se desarrolla y puede desaparecer; más que las etimologías, lo que nos da el significado propio de una palabra, es el uso que el pueblo hace de ella. En el caso que nos ocupa, sin embargo, el significado fundamental que se modifica con el uso no cambia sustancialmente.

 

El término que más comúnmente se usa con hesed es ’emet, que significa firmeza, resolución y fidelidad; así, hesed se asocia con la cualidad que hace a una persona confiable y digna de fe. Estas solas indicaciones lingüísticas nos preparan ya para captar la idea de esta palabra que en español conocemos, sencillamente, como misericordia. Alrededor de ella existen otras palabras que la refuerzan.

 

Cuando estas dos palabras se unen, hesed tiene que ser traducido como “seguro”. Hesed es entonces algo que cualquiera puede hacer por otro, sea Dios (Gen. 24,12), sea un hombre (Gen. 40,14). Mi fidelidad y mi misericordia lo acompañan. (v. 25). En estos ejemplos, la persona que hace hesed (que tiene misericordia) está en una posición superior.

 

Algunas veces el término parece sugerir que una persona hace algo que no está obligado a hacer en favor de alguien, pero el objeto de la acción depende de aquél que hace algo por generosidad y no por obligación. Estamos cerca de lo que significa con el término ‘alianza’

 

Algunas veces hesed está unido al término mishpat, que significa juicio o justicia; las dos virtudes son un aspecto de la conversión que Dios pide al hombre: aquí sería misericordia y justicia. Hesed también se asocia con s`dakab que significa rectitud. Estos términos unidos son los atributos que el Señor revela al justo, a aquellos que lo conocen. Rectitud y justicia, es lo que el Señor pide a los suyos. Hesed aparece unido a estos términos que experimentan una ampliación.

 

Hesed como voluntad de salvación está más claramente expresada en su asociación con yesu`a (yeshuah, Jesús) que significa salvación, entonces, la palabra hesed asociada a las diferentes palabras, sin cambiar totalmente su significado original, vienen a significar algo fundamental en la religión y la actitud que debe privar en las relaciones entre hermanos.

 

Este es el sencillo ejemplo de una palabra de importancia fundamental en la historia de la relación de Dios con su pueblo. La misericordia y fidelidad de Dios que son más altas que las nubes, más firme que las montañas, más seguras que el sol.

 

En Jesús, se revela la voluntad misericordiosa, firme, irreversible, segura, de Dios que quiere que todos los hombres se salven; el suyo es un acto de misericordia, es decir, un acto gratuito, al que Dios no está obligado. Todo se resume en el amor.

 

Este sencillo dato sobre el uso del término hesed nos muestra que una única palabra no hace justicia a su riqueza original. Podemos decir que expresa «la voluntad de salvar», pero, según los especialistas, sería una traducción muy limitada. N. Glünk sugiere referir Hesed a la «alianza» y piensa que indique, entonces, el ‘amor y la fidelidad’ que unen los términos de una alianza, pero como movimiento de la voluntad que da inicio a la alianza. El término indica una benevolencia amplia y comprensiva, una voluntad de hacer el bien a los otros antes que el mal. No es exactamente el amor o la bondad, si no la bondad del corazón donde nacen el amor y la bondad.

 

Es en el NT, cuando la eleos de Dios puede ser entendida mucho más fácilmente como esa voluntad salvífica, que precede a cualquier acto humano, esa misericordia, gesto gratuito, inicia y lleva a su pleno cumplimiento el proceso de salvación en Cristo. Aquí adquiere un significado muy cercano al ágape, termino netamente cristiano. Lucas es un testigo privilegiado de esta revelación.