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La pregunta de fondo la ha planteado Jürgen Moltmann en su libro: “Dios en la Creación”. ¿Cuál es el significado de la fe en Dios creador y de este mundo como su creación a la vista de la explotación industrial que está en marcha y de la irreversible destrucción de la naturaleza? ¿Qué tiene que decir la fe cristiana al nihilismo que subyace en la crisis ecológica? ¿Qué nuevos valores pueden establecerse y cuál sería su fundamento?, son las preguntas que este teólogo se plantea ante el desastre ecológico planetario.

Para nadie es ya un secreto el cambio climático en marcha; tal vez no sepamos lo que ello comporta, pero todos lo detectamos en la vida diaria. Sencillamente sabemos que en Juárez ya no cae nieve, que el invierno está desapareciendo, que las lluvias escasean. Nuestro estado atraviesa una sequía atroz mientras sus sierras son deforestadas, taladas, destruidas, contaminadas por las explotaciones mineras, cuyas explosiones ahuyentan a la escasa fauna.  Millones de hectáreas de bosque en México y en el mundo   son taladas con efectos desastrosos para el medio ambiente. Sabemos del escándalo planetario por la destrucción de la selva amazónica cuya “vida” estaba siendo financiada por países europeos. Todos sabemos, aunque no en detalle, lo que significa la contaminación planetaria. Todas son acciones del hombre y han ocasionado una auténtica alteración climática global.

Hay incendios en diferentes partes del planeta, de Gran Canaria a Siberia. La conexión con la crisis climática es directa. Julio fue el mes más caluroso de la historia. En el Ártico, el récord de incendios ha creado un ciclo vicioso: el fuego suelta CO2 en la atmósfera y agrava el colapso climático. En todas partes, las olas de calor y la falta de humedad dificultan la labor de los bomberos. (ver E. Brum. El Paìs).

Esta estupenda periodista y escritora ha denunciado la fea realidad: “Hacendados del suroeste de Pará, una de las regiones más conflictivas de la Amazonia brasileña, organizaron el Día del Fuego, en el que quemaron áreas para pastos y en proceso de deforestación. Según uno de los líderes, en la ciudad amazónica Novo Progresso, los hacendados se sienten “amparados por las palabras de Jair Bolsonaro”. También afirmaron que deseaban mostrar al presidente de Brasil “que quieren trabajar”. Todo indica que lo consiguieron. Según los datos del Instituto Nacional de Estudios Espaciales, en esa fecha los incendios aumentaron un 300% en Novo Progresso, con 124 focos. Al día siguiente, el número subió a 203”. Las fotos que ilustran el texto son dantescas. Cuando veo los incendios en cualquier parte siento un gran dolor por la madre naturaleza.

“Las malas noticias para sobrecalentar el planeta no paran. Ante la explosión de deforestación de Bolsonaro, Alemania y Noruega han congelado casi 65 millones de euros destinados a la protección de la Amazonia. Bolsonaro ha respondido al gobierno alemán: “Así Alemania dejará de comprar la Amazonia a plazos”. Y a los noruegos: “Coged la pasta y ayudad a Merkel a reforestar Alemania”.

Esta dura denuncia deja claro que es el hombre quien está destruyendo su propio hábitat. Demuestra que no medimos las consecuencias finales de nuestras acciones. La entrega de E. Brum inicia con una anécdota curiosa, la épica de una adolescente sueca de 16 años. “La activista Greta Thunberg suele afirmar, al intentar que los adultos despierten ante la emergencia climática: “Nuestra casa está en llamas”. La sueca de 16 años atraviesa ahora el océano en velero rumbo a la cumbre de la ONU. Sin embargo, puede que Greta no haya imaginado algo todavía más aterrador: hacendados prendiendo fuego a la selva como manifiesto político. Es lo que sucedió en la Amazonia el 10 de agosto”. (ibid). Esto es un pecado imperdonable. Pan hoy, hambre mañana. Y los frentes se multiplican.

¿No siente, usted, horror cuando lee: “Anuncian desde Canadá mina en Samalayuca? Luego nos consuelan con que “Habrá restricción para usar cianuro”. Procesará dos mil toneladas por día de material mineralizado, aprox. Aumentará a 4 mil por día 12 meses después de la puesta en marcha. ¿Y los desperdicios, el polvo y residuos tóxicos que necesariamente genera la mina? ¿Y el agua que necesita? Nuestros médicos nos han advertido de la alta incidencia del cáncer en la zona Juárez-El Paso. Una empresa cementera se comió una montaña; la función de las montañas es dirigir las corrientes del viento y nivelar las temperaturas igual que las montañas submarinas dirigen las corrientes marítimas equilibrando las temperaturas del mar. Los juarenses debemos pensar lo que significa tener en los limites de la ciudad una empresa de esas características. Toda esa zona es un mudo e imponente testigo de eras geológicas pretéritas y están amenazadas.

Desde el 2005 se batieron récords de deshielo, temperatura y huracanes. Y los expertos pronostican más calor y fenómenos extremos. Según la NASA el 2005 entrará con mayúsculas en los anales del clima. Ha sido según estos científicos el año más cálido desde que se tienen registros fiables (1890). Deshielos en los polos, aumento de temperatura por los gases de efecto invernadero, tal es el pronóstico. Esos estándares han sido ya rebasados.

La concentración de gases de efecto invernadero es responsable del calentamiento global.  Estos gases, producidos principalmente por la quema de combustibles fósiles (petróleo o carbón, a los que apuesta AMLO), se acumulan en la atmósfera e impiden la salida de la radiación con la que la Tierra emite, y por lo tanto pierde, calor.  Estas conclusiones científicas nos son demasiado familiares, pensemos tan solo en el uso que hacemos del automóvil, de la refrigeración y de la calefacción.  Esto multiplicado por millones y millones tiene efecto planetario. Es paradójico que la producción de automóviles que es el pilar de la economía mundial sea al mismo tiempo el principal factor de contaminación.  Veamos solo el problema vehicular en Juárez; da la impresión de ya no caben en la Cd., tirados, abandonados en las calles, contaminantes en todos los sentidos, talleres mecánicos en la calle, etc. El automóvil es contaminante desde que se piensa.

Stuart Chapin, de la Universidad de Alaska a escrito recientemente en la revista Science que: “Las actividades humanas son responsables de una gran parte del calentamiento cuyos efectos todavía no los podemos predecir del todo”. La evolución es una serie de ciclos en el clima.  El ciclo natural en el que estamos, es un viaje hacia el frío y los datos indican que hemos invertido, nosotros, no la naturaleza, el ciclo. Las grandes eras geológicas han sido determinadas por los cambios climáticos; de un estado de incandescencia a un clima donde es posible la vida, luego una era glaciar que acaba con la vida y, de nuevo, un retorno al clima apropiado para que exista la vida; también la vida humana.  Lo novedoso de nuestra situación radica en el hecho de que ahora es el hombre el que está alterando estos ciclos y con ello, según lo vemos por la magnitud de los desastres naturales, amenazando la misma sobrevivencia de la especie.  Se puede predecir que la próxima década será más cálida y con el deshielo en los Polos, cambio en el patrón de lluvias, perdida de glaciares, olas de calor y sequias más frecuentes y un aumento en el nivel del mar, serán las primeras consecuencias.  Tal es el panorama.  Y no estamos hablando de algo que no podamos comprobar en nuestra vida cotidiana. Sabemos de la sequía que azota Alemania. ¡Al “Danubio”, le falta agua! Y al Papigochi también.

Otro dato señalado por los científicos es el hacinamiento de los seres humanos en las ciudades; según esto, por primera vez en la historia más de la mitad de la población mundial vive en un entorno urbano. Si el permanente fenómeno de la urbanización de las sociedades urbanas es antiguo, la vertiginosa concentración demográficas en las numerosas mega urbes que han surgido en las últimas décadas en todo el globo y especialmente en el Tercer Mundo, supone uno de los mayores desafíos de la humanidad. Piense solo en servicios.

 Estos dos datos: el calentamiento global y sus consecuencias, más la concentración demográfica en las ciudades, podemos verlos hechos realidad ante nuestros ojos, hoy y aquí; no se trata de fantasías, de cosas irreales ni de ciencia ficción.  La atmosfera esta sobrecargada y algo muy serio puede pasar, tal vez una tromba que Juárez no podrá manejar.

Toda vida humana procede de la madre y de èsta recibe su alimento. Por eso el mundo en su totalidad tiene figura de madre: la madre tierra. Cuando se acaba la madre, se acaba la vida. S. Pablo dice que la creación entera sufre dolores de parto ansiando verse libre le pecado del hombre que la ha sometido a la frustración y deseando participar de la libertad de los hijos de Dios. A lo que asistimos, a la postre, es la profanación del templo sagrado de Dios que es la creación.