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La Cuaresma conduce al bautismo en la noche de Pascua, por el perdón de los pecados.

 

Haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo…Pues el unigénito Hijo de Dios está plenamente dispuesto para vuestra redención y señala: Venid a mí, todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Los que lleváis el pernicioso vestido de vuestras ofensas y estáis oprimidos por las cadenas de vuestros pecados, escuchad la voz del profeta que dice: Lavaos, purificaos, quitad de delante de mis ojos las maldades de vuestra alma, de modo que os aclame el coro de los ángeles: Dichoso el que es perdonado de su culpa, y queda absuelto de su pecado.

El tiempo presente es tiempo de confesión. Confiesa todo lo que hiciste, de palabra o de obra, tanto de noche como de día. Reconócelo en el tiempo aceptable, y recibe el tesoro celestial en el día de la salvación…Suprime de tu pensamiento toda preocupación humana; ocúpate de tu alma… Abandona lo que tienes delante y ten fe en lo que ha de venir. Rendíos y reconoced que yo soy Dios… Limpia tu corazón para que quepa en él una gracia más abundante; pues el perdón de los pecados se da a todos por igual, pero la comunión del Espíritu Santo se concede según la medida de la fe de cada uno. Si poco trabajas, recibirás poco; pero si haces mucho, mucha será tu paga…Si tienes algo contra alguien, perdónale. Vas a recibir el perdón de los pecados: es necesario que también tú perdones a quien pecó contra ti.

 

San Cirilo de Jerusalén.

Obispo de Jerusalén, autor de catequesis  predicaciones,

Sufrió varios destierros. Es doctor de la Iglesia. (315-386)