[ A+ ] /[ A- ]

Celebramos hoy a Sta. Teresa, la Grande, y en la oración de laudes se pone un hermoso soneto que transparenta esa “santa indiferencia” de los santos como lo vemos en S. Ignacio en “El principio y fundamento” (23).

Hermoso pero difícil cuando hay que hacerlo realidad.

Saludos y gracias por sus oraciones.

P. Hesiquio Trevizo


Veisme aquí, mi dulce Amor,

Amor dulce, veisme aquí.

¿Qué mandáis hacer de mi?

 

Veis aquí mi corazón.

Yo le pongo en vuestra palma

mi cuerpo, mi vida y alma,

mis entrañas y afición;

dulce Esposo y redención,

pues por vuestra me ofrecí.

¿Qué mandáis hacer de mí?

 

Dadme muerte, dadme vida:

dad salud o enfermedad,

honra o deshonra me dad,

dadme guerra o paz cumplida,

flaqueza o fuerza a mi vida,

que a todo diré que sí.

¿Qué queréis hacer de mí?

 

Dadme riqueza o pobreza,

dad consuelo o desconsuelo,

dadme alegría o tristeza,

dadme infierno o dadme cielo,

vida, dulce, sol sin velo,

pues del todo me rendí.

¿Qué mandáis hacer de mí?

 

Si queréis, dadme oración,

si no, dadme sequedad,

si abundancia y devoción,

y si no esterilidad,

soberana Majestad,

sólo hallo paz aquí.

¿Qué mandáis hacer de mí?

 

Si queréis que esté holgando,

quiero por amor holgar,

si me mandáis trabajar,

morir quiero trabajando. Amén.