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#MAYO | Flores a María Niña: día dieciseis: “Rosa Laurel”, poema.

El laurel emblema de victoria,

recompensa del héroe en el combate;

palma feliz de inmarcesible gloria

le dan con él, al que el dolor no abate.

El, corona la frente de los sabios,

la frente del artista y del atleta,

brota del mártir en los castos labios,

y al que le ostenta, el mundo lo respeta.

¿A quién mejor que a ti, Madre del alma,

puede ofrecerse del laurel la rosa,

si supera entre mártires tu palma

y el trono del saber en ti reposa?

Si no ha habido en el mundo una heroína

tan llena de grandeza y valentía,

como la Reina celestial, divina,

Madre del Salvador y Madre mía.

Cómo tú, Virgen de dolores llena

y jamás ante ellos abatida,

como serenísima azucena

en medio de las luchas de la vida.

Podrá el héroe caer en los combates,

hallar la muerte o levantarse herido,

pero tú, ni sucumbes, ni te abates.

Vas de pie sobre el mar embravecido.

¿A quién mejor que a ti, Reina del cielo

las flores de laurel le pertenecen,

si nadie lo ganó cual tú en el suelo,

si para ti nacieron y florecen.

Si eres Virgen de vírgenes, Señora

si eres Mártir de mártires, bendita

si eres valor del héroe y precursora

de la luz del saber, dulce Infantita.

Si la ciencia, la luz, la fortaleza,

estaba ·en ti desde el primer instante,

para colmarte de sin par grandeza

como aurora que anuncia un sol radiante.

¿ Qué sol puede tener más esplendores

que el que anunciaste tú, Virgen María?

Con razón te prestó sus resplandores,

excelsa Madre del Eterno día.

¿ Quién podrá merecer cual tú laureles

de inmarcesible, de perpetua gloria?

Cuando no existen plumas ni pinceles

para pintar y escribir tu historia.