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Celebramos hoy a Santo Tomás de Aquino,(Roccasecca,1224/1225 – Abadía de Fossanova, 7 de marzo de 1274), fraile, teólogo y filósofo católico perteneciente a la Orden de Predicadores, dominicos; es considerado el principal representante de la enseñanza escolástica y una de las mayores figuras de la teología sistemática. En materia de metafísica, su obra representa una de las fuentes más citadas del siglo XIII, además de ser punto de referencia de las escuelas del pensamiento tomista y neotomista. La Iglesia católica lo nombra Doctor Angélico, Doctor Común y Doctor de la Humanidad y considera su obra fundamental para los estudios de filosofía y teología. Fue el principal defensor clásico de la teología natural.

Fue popular por su aceptación y comentarios sobre las obras de Aristóteles, señalando en qué eran compatibles con la fe católica. Asimismo, recibió influencias del platonismo de Agustín de Hipona, y aristotelismo de Averroes y de Maimónides, a quienes tomaba como autoridades. Sus obras más conocidas son la Summa theologiae, un compendio de la doctrina católica en la cual trata 495 cuestiones divididas en artículos (aquí se encuentran sus cinco vías), y la Summa contra gentiles, compendio de apología filosófica de la fe católica, que consta de 410 capítulos agrupados en cuatro libros, redactado a petición de Raimundo de Peñafort.

A Tomás se le debe el rescate y reinterpretación de la metafísica y una obra de teología monumental, así como una teoría del Derecho que sería muy consultada posteriormente.​ Canonizado en 1323, fue declarado Doctor de la Iglesia en 1567 y santo patrón de las universidades y centros de estudio católicos en 1880. Su festividad se celebra el 28 de enero. El filósofo inglés Anthony Kenny considera que Tomás es “uno de los más grandes filósofos del mundo occidental”.

Sería estupendo leer las tres páginas que K. Rahner dedica a S. Tomás con ocasión del doctorado Honoris Causa que le confirió la Pontificia Universidad de Comillas en 1974. En tres páginas aborda: a) en Tomás destaca su objetiva lucidez. Cualquiera que haya leído algo de la summa lo ha podido notar Su tono es suave contenido casi silencioso. No se preocupa de palabras altisonantes. No considera necesario el hacer todavía mayor, fuerza de grandes palabras,el gran misterio del que habla. b) otro rasgo esencial es el siguiente: para Tomás, su teología es su vida espiritual, y su vida espiritual es snteología. en él no se da todavía aquella horribledivisión que se puede observar en la teología posterior, entre teología y vida espiritual. Rahner pone como ejemplo los himnos eucarísticos de exquisito formato y de profunda devoción adorante. Y, c), este rasgo constituiría la tercera característica que Rahner destaca en 3 páginas. Tomás es él místico de la adoración del misterio más allá de toda posibilidad de expresión. Tomás no comparte la opinión de que la teología puesto que se ocupa del infinito misterio de Dios y de la penetración salvadora de Jesús en el interior de este misterio y propiamente de nada más, se pueda permitir el parlotear imprecisa y vagamente. Pero tampoco piensa que el lenguaje exacto de la teología deba suscitar la impresión de que uno ha calado el secreto y de que se ha aprisionado el misterio de Dios en los útiles círculos de los conceptos teológicos. Dios es siempre más grande que el pensamiento del hombre, que el hombre mismo y todas sus teologías. Nos resta el misterio de la callada adoración, de aquello que Rahner mismo llamó, retomado después por Ratzinger, “teología de rodillas”. Cierto, tenemos muchas cosas que hacer, muchas cosas que nos urgen y nos apremian y corremos el riesgo de perder los momentos de silencio de contemplación y de oración a la manera De Santo Tomás. si no contemplamos el misterio seriamente, ¿ quéestamos haciendo?

A propósito de la fiesta de Santo Tomás de Aquino, y como muestra de lo dicho, compartocon uds. la conferencia número 6 de Tomás de Aquino, reportada en el oficio de lecturas, que puede ser meditada muy seriamente delante del Santísimo sacramento. Como él lo hizo: esa es la actualidad de Tomás de Aquino, concluye el padre Rahner. 

Esta conferencia es  la ilustración de lo dicho por el p. Rahner ante el Claustro de la U. de Comillas: EN LA CRUZ HALLAMOS EL EJEMPLO DE TODAS LAS VIRTUDES. 

De las Conferencias de santo Tomás de Aquino, presbítero

(Conferencia 6 sobre el Credo)

EN LA CRUZ HALLAMOS EL EJEMPLO DE TODAS LAS VIRTUDES.

¿Era necesario que el Hijo de Dios padeciera por nosotros? Lo era, ciertamente, y por dos razones fáciles de deducir: la una, para remediar nuestros pecados; la otra, para darnos ejemplo de cómo hemos de obrar.

Para remediar nuestros pecados, en efecto, porque en la pasión de Cristo encontramos el remedio contra todos los males que nos sobrevienen a causa del pecado.

La segunda razón tiene también su importancia, ya que la pasión de Cristo basta para servir de guía y modelo a toda nuestra vida. Pues todo aquel que quiera llevar una vida perfecta no necesita hacer otra cosa que despreciar lo que Cristo despreció en la cruz y apetecer lo que Cristo apeteció. En la cruz hallamos el ejemplo de todas las virtudes.

+Si buscas un ejemplo de amor: Nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos. Esto es lo que hizo Cristo en la cruz. Y por esto, si él entregó su vida por nosotros, no debemos considerar gravoso cualquier mal que tengamos que sufrir por él.

+Si buscas un ejemplo de paciencia, encontrarás el mejor de ellos en la cruz. Dos cosas son las que nos dan la medida de la paciencia: sufrir pacientemente grandes males, o sufrir, sin rehuirlos, unos males que podrían evitarse. Ahora bien, Cristo, en la cruz, sufrió grandes males y los soportó pacientemente, ya que en su pasión no profería amenazas; como cordero llevado al matadero, enmudecía y no abría la boca. Grande fue la paciencia de Cristo en la cruz: corramos también nosotros con firmeza y constancia la carrera para nosotros preparada. Llevemos los ojos fijos en Jesús, caudillo y consumador de la fe, quien, para ganar el gozo que se le ofrecía, sufrió con toda constancia la cruz, pasando por encima de su ignominia.

+Si buscas un ejemplo de humildad, mira al crucificado: él, que era Dios, quiso ser juzgado bajo el poder de Poncio Pilato y morir.

Si buscas un ejemplo de obediencia, imita a aquel que se hizo obediente al Padre hasta la muerte: Como por la desobediencia de un solo hombre —es decir, de Adán— todos los demás quedaron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo todos quedarán constituidos justos.

+Si buscas un ejemplo de desprecio de las cosas terrenales, imita a aquel que es Rey de reyes y Señor de señores, en el cual están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia, desnudo en la cruz, burlado, escupido, flagelado, coronado de espinas, a quien, finalmente, dieron a beber hiel y vinagre.

+No te aficiones a los vestidos y riquezas, ya que se reparten mi ropa; ni a los honores, ya que él experimentó las burlas y azotes; ni a las dignidades, ya que, entretejiendo una corona de espinas, la pusieron sobre mi cabeza; ni a los placeres, ya que para mi sed me dieron vinagre.